Presta mucha atención porque, aunque creas que esta historia es una ficción, un invento, un cuento que pueda sonar a chaladura..., todas las personas, más tarde o más temprano, lo recordemos o lo hayamos olvidado, todas, hemos conocido en algún momento de nuestras vidas a Triscuspascos.
Si al escuchar este nombre se te ha puesto la piel de gallina…, sí, no solo a ti te ha ocurrido. Si no es así, puede que lo que vas a leer te refresque la memoria. Pero si esto no ocurre, si nunca has oído hablar de Triscuspascos, existen dos opciones: primera, que aún no te hayas cruzado con él, ten paciencia; segunda... es cierto, quizás no todas todas las personas lleguen a conocerle. Sí, ya sé que había dicho lo contrario, pero así es: algunas personas jamás lo hacen, nunca llegarán a conocer a Triscuspascos.
¿Por qué? No tengo respuesta, es otro de esos misterios que existen. Pero eso sí: esas personas se cuentan con los dedos de una mano y, no tengas ninguna duda, esas personas son realmente especiales. Te lo aseguro.
(Octavio Ferrero, autor de Triscuspascos, colección Duende Verde, nº 224)